CUIDADORAS, LAS PERSONAS INVISIBLES

Muchas mujeres no se ven así mismas como CUIDADORAS, porque asumen que su labor de cuidar de alguien, está implícita como parte de sus obligaciones del hogar.

En México se estima que 58.3 millones de personas necesitan recibir cuidados en los hogares, la cifra se conforma de la siguiente manera:

• El grupo con la mayor necesidad de cuidados fueron las y los infantes de hasta 5 años. El segundo lugar lo ocupan las y los menores de 6 a 11 años, seguidos por las y los adolescentes de 12 a 17 años y las personas con discapacidad y el último grupo con alta necesidad de cuidado, es el de las personas adultas mayores.

• En 2022, 31.7 millones de personas a partir de los 15 años de edad, fueron quienes brindaron cuidados a integrantes de su hogar. De esta población, 75%  son mujeres y 25% hombres.

• Las mujeres son las cuidadoras principales de los hogares y dedicaron en promedio, casi 39 horas a la semana a la labor de cuidados. Al menos la mitad de ellas, combinando su responsabilidad de cuidadoras en el hogar, con jornadas laborales fuera de el ámbito doméstico.

El convertirse en Cuidadora, afecta de múltiples formas la vida de la persona.

Muchas tienen que abandonar su trabajo o truncar oportunidades de desarrollo personal al no poder asumir libertades en su horario y la mayoría, ve disminuida su capacidad financiera al perder su ingreso económico.  Eso sin mencionar que muchas de ellas al no contar tampoco con respaldo de nadie, adquieren DEUDAS que incluso siguen pagando aún cuando la persona de la que cuidaban, ya haya fallecido.

El impacto a la Salud física derivado de un estado de hipervigilia, sobre todo si la persona a quien cuidan es una persona con discapacidad o alguien con enfermedades crónicas, aunque es evidente, pocas veces suele asociarse al desgaste propio de su rol.

Yo suelo decir que la Persona Cuidadora es sin duda el Paciente Invisible, que se deteriora física y cognitivamente, pero que no es tan relevante, porque se normaliza y se desdibuja ante la importancia de la persona a la que cuidan.

Cuando en mis charlas educativas expongo los diagramas de Tareas de Cuidado que diariamente se requiere poner en funciones, las personas alrededor de la Persona Cuidadora, como suelen ser las parejas, hermanos, hijos o familiares políticos, finalmente pueden tomar consciencia y comprender la sintomatología ANSIOSA que casi el 80% de las cuidadoras padece o la sintomatología DEPRESIVA que al menos la mitad de las cuidadoras experimenta.

Cuidar de alguien de manera prolongada reduce la calidad de vida de la persona cuidadora.

Constantemente cuestiona su propia capacidad y se descubre preguntándose así misma: ¿soy capaz de resolver esto?, ¿voy a poder?.

El Síndrome de Sobrecarga de la Persona Cuidadora, es algo que debiera de estar mejor comprendido en las familias, en lo social y en lo laboral. Porque quien comprende, juzga menos y ayuda más.

Muchas patologías, trastornos, enfermedades físicas, son derivadas del estrés y el agotamiento crónico que viene de cuidar permanentemente de alguien.

La propia persona cuidadora debería de tener un Entrenamiento sobre como llevar de mejor manera la responsabilidad del día a día y como comunicar mejor todo aquello que le pasa emocionalmente por ejecutar dicho rol.

Como especialista en el tema, siempre seré materia dispuesta para seguir divulgando el micro cosmos de las CUIDADORAS, en las redes, en Foros de Salud Emocional y en todos los sitios donde sea posible.

Cynthia García-Galindo

Latina

SoyPlanC.com