TENGO UN HIJO GAY Y NO SÉ QUE HACER    

No sé por dónde empezar, esto más que un desahogo a mi alma, es un poco de oxígeno a mi cuerpo.

Hasta hace un par de años sentía que sabía como guiar a mis cuatro hijos, o al menos, que podía aprender a hacerlo en el camino. Pero no me esperaba esto.

El tercero de mis hijos me dijo que él era diferente y que sus preferencias sexuales eran distintas a las de los demás chicos de su edad.

No quiero fingir, ni ser hipócrita, honestamente cuando lo escuché decirme esto, me congelé y no supe que decir.

Desde niño le notaba algo diferente, pero pensaba que eran cosas de su edad, así que no le di importancia.

Aunque su confesión no ha cambiado en nada mis sentimientos, pues es mi hijo y no he dejado de quererlo. Te confieso que no sé como reaccionar cuando lo veo con falda o vestido, con tacones y súper maquillado, justo allí es donde digo que debe pensar en su hermano.

El  problema, es que cuando le hago alguna observación por alguna cosa, él afirma que yo lo hago precisamente porque no lo acepto por ser diferente.

Te juro que quiero actuar adecuadamente pero… cuando lo veo transformado y vestido así, te prometo que no sé que siento.

¡Además, tenemos un niño de 12 años en la casa al que no sé qué decirle, ni como explicarle!

¿Qué hago Cyn?

¿Qué puedo hacer para sentir algo distinto?

Te comparto que a mis 3 hijos mayores los crie sola.

Mi pareja actual, es el padre solamente de mi hijo de 12 años.

Bendiciones mil.

Gracias por volver a las redes y ser la luz en el camino que más de una necesitamos.

Ojalá puedas leerme, necesito mucho de tu ayuda Querida Cyn

Atentamente

M

Querida M:

Creo que tienes MIEDO, así que lo más importante en este momento es ir modulando el volumen de esa emoción, porque aunque sentir miedo es útil para ponernos a salvo y poner a salvo a los que amamos, cuando sentimos demasiado miedo, ocurre que nuestro cerebro se pone en automático a crear escenarios catastróficos y luego simplemente nos paraliza.

Así que el miedo pasa de ser útil a ser un bloqueador en nuestras vidas.

Ahora, el miedo que sientes es comprensible. Solemos sentir miedo cuando nuestras Creencias Chocan con nuestra Realidad y asumimos que no tenemos la Capacidad para hacerle frente a todo lo que está pasando. La buena noticia es que si cambiamos o ajustamos las Creencias, el choque puede ser menos brutal. Así que intentemos eso.

A primera vista y sin conocer detalles del caso a profundidad, hay algunos conceptos que merecen una revisada. Pero antes de ponerme toda académica, me gustaría compartirte una experiencia personalísima sobre el tema, quizá pueda darte una perspectiva menos caótica.

Soy mamá de dos varones y recuerdo que cuando entraron a la edad de la adolescencia, un tema que puse sobre la mesa con ambos, varias veces, es más, hasta con cuestionable insistencia, era justamente el tema de la posibilidad de que se sintieran atraídos por los chicos.

Les decía: “es probable que su mejor amigo o algún conocido, de pronto les haga sentir otras cosas y si así fuera, no quiero que se sientan mal, uno no sabe quien le va a gustar, ni puede controlar a quien va a querer, a mi me da lo mismo que me presenten una novia o un novio”.

Cuando me volví mamá de una niña, el discurso no cambió en absoluto, así que cuando entró en la pubertad, la oferta seguía siendo la misma: “ya estás entrando en la edad de que te gusten los niños, o las niñas, da lo mismo, eso no es lo importante, lo importante es que elijas a alguien que sepa quererte y respetarte y con quien te sientas cómoda”.

Por supuesto que cada quien, en su momento, llegó a su manera a preguntarme sobre mi insistencia, que de ser tanta, más bien sonaba a interés, en tener un hijo o una hija gay.

Pero mi insistencia en abordar el tema tenía fundamento, en aquel entonces, como ahora, yo sabía que descubrir que se tiene una orientación sexual diversa, podría ser algo complicado.

Ojo que dije Orientación y no Preferencia.

Porque Querida M, nadie prefiere, nadie elige.

Uno simplemente descubre lo que le atrae o con lo que se identifica.

Por ello lo correcto es decir Orientación Sexual.

Y digo que no es sencillo, porque NO LO ES, y no lo digo como una expresión valorativa personal, sino como una realidad estadística, que aunque en aquel momento ignoraba, hoy ya no, ya te daré las cifras. Algo me hacía intuir que necesitaba hablar con claridad y aceptación sobre el tema y que eso podía ser la diferencia entre tener hijos tranquilos o tener hijos reprimidos, infelices y potencialmente suicidas, que era mi más grande temor.

Las estadísticas actuales en Estados Unidos, ojalá tuviera cifras de otros países, pero basémonos en estas y supongamos que no son tan distintas que en otros lugares, reflejan que mi miedo de entonces no era inventado.

Las personas con Orientaciones Sexuales Diversas atraviesan verdaderas crisis de salud mental por el rechazo social, el rechazo familiar, las violencias sociales y sistémicas por lo cual:

42% ya han ideado suicidarse

12% ya llevaron a cabo un intento de suicidio

72% viven con trastornos de ansiedad

62% viven con trastornos depresivos

Yo les insistía en el tema, no porque deseara que alguno se proclamara gay, sino porque si lo fuera, lo último que quería, era que creyera que tenía que ocultarlo, o peor aún, que padeciera de una crisis existencial tan fuerte que cayera en un trastorno de salud mental que se convirtiera en un problema serio.

Lo que quiero explicarte con todo esto mi Querida M, es que lo único que estaba haciendo, era concediéndoles un permiso para asumirse en total libertad y con la garantía de que la aceptación estaba dada sin reservas.

Por supuesto que no desestimo lo difícil que debe ser procesar un sin fin de cambios en un hijo o hija que anuncia una nueva identidad u orientación.

Pero ver como una persona pierde su alegría de vivir y su salud mental, es la batalla de este siglo que no le deseo a ninguna familia.

Lo único que necesitamos como hijos son tres cosas: AMOR, PROTECCIÓN Y PERTENENCIA, que esto último no es otra cosa que aceptación sin reservas, y cuando digo esto, me refiero a que sea sin duda alguna, de corazón, adoptando nuevas creencias de ser necesario para que el sistema funcione. Ya iremos a eso.

La adolescencia es una etapa de muchos misterios y ajustes a niveles cognitivos y emocionales. Muchos jóvenes, hombres y mujeres, no saben como traducir en palabras lo que sienten y como comunicarlo.

Se abruman, se ensimisman, se sienten poco comprendidos incluso aunque no sea así, pero así lo sienten. Tienen una natural predisposición a buscar su propio camino y a indagar sobre su identidad. Es el momento en que menos nos quieren cerca, pero paradójicamente es cuando más nos necesitan.

Y nos necesitan actualizados, instruidos, abiertos, sanados.

Digo esto, porque cuando digo que nuestros hijos (de cualquier edad) nos necesitan de su lado, NO me refiero a que necesitan que hagamos lo que quieren, como muchos padres creen y luego terminan a merced de sus hijos.

“Dime lo que le permites o que le niegas a tu hijo (y sabes que no deberías) y te diré lo que no has sanado”

Ser padres es ser flexibles, más no esclavos.

Y eso significa: lo que cada quien necesite que signifique.

Es decir, que NO HAY FÓRMULAS.

Que cada familia, que cada sistema es un pequeño mundo y que va a tener que descubrir de primera mano lo que se necesita hacer para recuperar el equilibrio.

Me llama la atención que dices que aceptas a tu hijo, al mismo tiempo que dices que hay en ti un mar de contradicciones y de emociones cuando lo ves Expresando su Identidad de Género, que no es otra cosa que verle vestido con falda o tacones o utilizando maquillaje.

Creo que sería muy útil para ti, trabajar terapéuticamente en como asimilar tus emociones en referencia a esta nueva realidad. Es un proceso y como tal, lleva su tiempo. Te hará bien hacerlo con estrategia y no solo repetirte que DEBES aceptar. No es algo que debas imponerte. Es algo que es mejor integrar y aceptar. Verás que todo fluirá mejor.

Es difícil ¿sabes?, también para tu hijo, comprender los términos de lo que significa aceptación. Tu le has manifestado que lo aceptas, entonces él asume que puede proceder de cierta forma, cuando para ti, debería hacerlo con ciertas consideraciones. Falta comunicación.

Quizá convenga que tengas y yo diría, que tu esposo estuviera involucrado, un buen diálogo con respecto a lo que está permitido y lo que no, porque creo que las reglas implícitas no están funcionando, es decir, dar por un hecho los límites sin hablarlos, o solo hacer hablar de ellos al borde del caos o hasta que se presentan los problemas, no es una buena fórmula, porque es obvio que los conciben de diferente manera.

Con respecto al tema que te preocupa tanto de que “tenemos un niño en la casa”, me gustaría clarificar que el niño lo tienen tu esposo y tú. Y no solamente porque sea hijo de ambos, de hecho, los hijos, los cuatro, si viven con ustedes, los tienen juntos.

Aunque la tendencia recientemente expuesta en redes de algunas madres que rehacen sus vidas, con hijos de otros matrimonios donde impiden que las nuevas parejas opinen o se involucren en la crianza de sus hijos, argumentando que solo los papás biológicos tienen derecho, no digo que sea tu caso, pero aprovecho para hablar sobre ello, déjame decirte que es poco funcional, por no decir que caótico.

La pareja que vive bajo un mismo techo no solo tiene derecho, sino que tiene la obligación de establecer códigos de crianza para todos los que viven en esa casa. No como un ejercicio de poder, sino como un acto de amor y de orden.

Ojalá que todos entendiéramos eso.

Los más beneficiados serían los niños y los adolescentes, cuyas conductas claman por límites y orden.

Lo menciono además porque cuando hemos sido madres en relaciones previas, solemos “dividir” los hijos, la maternidad, las responsabilidades, de formas distintas. Como si unas cosas debiéramos cargarlas solas y otras no. Olvidando que la relación vigente debe amalgamar todo.

De otra manera, todos estarán fracturados, segmentados.

La nueva pareja debe brindar la oportunidad de hacer sentir a todos que pertenecen, que todos tienen derechos y que todos son vistos.

No es la postura más fácil, ni la más popular, pero las parejas adultas lo hacen para establecer un nuevo orden. Ese es el verdadero lenguaje del amor en familia.

Aquí es cuando digo que TODA SITUACIÓN DE CONFLICTO, tiene siempre un propósito más sublime y profundo que mostrarnos de todo el sistema.

Cuando alguien “sacude el sistema familiar”, en realidad es que toda la familia está clamando por re-ordenarse.

Dicho en otras palabras: la situación con tu hijo y su Orientación Sexual, está poniendo de manifiesto que es tiempo de vivir los vínculos familiares con menos sufrimiento.

Ahora vayamos al tema de tu preocupación: como explicar al “niño” de 12 años que su hermano es gay.

Entrecomillé con todo propósito la palabra niño, porque aunque ciertamente, en algunos aspectos lo sea, creo que están subestimando la inteligencia cognitiva y emocional que el propio chico tiene ya sobre el asunto.

¿Se han sentado con él y le han preguntado cómo se siente? Sería un ejercicio bastante positivo hacerlo. Incluso si de primera instancia él dijera que se siente extraño, no estaría mal en expresarlo, ni eso significaría algo negativo. Es más, sería absolutamente normal.

Lo importante, en todo caso, es determinar si sus sentimientos con respecto a su hermano permanecen sólidos o si hay algo que le haga sentir temor o inseguridad en su integridad.

Podría haber muchas dudas e incluso mitos en los que él les necesite a ti y a tu esposo para esclarecerse y que pueden ir mucho más allá de la forma de vestir que ha adoptado su hermano mayor, que quizá, a él solo pueda provocarle una justificada curiosidad.

Pero hay temas en verdad profundos que la experiencia de su hermano puede enseñarle a él mismo, como la de afrontar temas tan importantes como las críticas, el valor de ser él mismo, el manejo de sus emociones e incluso temas tan vitales como su propia sexualidad que está en ciernes por descubrir.

Creo que LA GRAN PREGUNTA es si alguien “inestable emocionalmente”, como suele serlo un adolescente, podría ser “influido” a dejar de ser heterosexual y convertirse en gay solo porque ve a su hermano vestido de tacones y maquillado.

Pues bien mi Querida M, si la orientación sexual pudiera ser algo modificable o influenciable, significaría que así como fue aprendida, también puede ser desaprendida. Y pues no. La Orientación Sexual NO SE APRENDE, SE DESCUBRE.

Si fuera cosa de aprender, entonces, cualquier persona gay, puede aprender a ser heterosexual, ¿cierto? Sin embargo, eso no pasa, todos lo sabemos.

Y eso no pasa, va de nuevo, porque la orientación no es algo que se contagie, o que se pueda influenciar, o que alguien un día al despertar diga, hoy me apetece que me gusten los hombres o las mujeres.

Eso es algo que simplemente está allí, formando parte de nosotros.

Tal como si nos gusta la lechuga o no.

El helado de fresa o de chocolate.

Solo sucede y nadie debería querernos más o menos por ello.

La ciencia se ha dedicado a ayudarnos a probar si existe o no un gen, si existe o no un factor en el ambiente, ya hay datos incluso de la edad en que esta Orientación se define. Garantizo que si la escribo ahora aquí, habría muchos escandalizados y bastantes detractores. Siempre los hay. Aún así pudiera yo escribirte una tesis sobre ello.

Sin embargo, querida M, eso me lo reservo para una Conferencia o una Academia. Ahora si te parece, volveré a lo mío.

Como sabrás, yo trabajo con personas diariamente.

Y todas las personas, sin importar su edad, su condición económica, su grado de estudios, su estado civil, su complexión física…

TODAS, lo único que quieren es sentir que son dignas de ser amadas.

No hay una persona que no guarde cierta nostalgia por ese amor incondicional que le ofrecieron su madre y su padre.

Incluso, quien aún conserve una cierta esperanza por ganarse en la adultez, esa mirada aprobatoria que esperan de ellos desde la infancia.

Hay quienes podrían estarse haciendo viejos esperando a que sus padres mueran, para poder ser quienes quieren ser y que se han reprimido por miedo a no ser dignos y perder ese amor.

Tu hijo de 12 años Querida M, no solo está observando los tacones de su hermano, sino que observa con mucha atención el costo que se paga por ser auténtico y confesar lo que uno siente y quien uno es.

Él está observando lo que le está pasando a su hermano mayor por haber dicho quien es.

Y cuando hablo de autenticidad no me refiero solamente a asumir una Orientación Sexual, sino a ser auténtico en toda la extensión de la palabra: a decir lo que siente, lo que anhela, lo que le disgusta, lo que le lastima.

Él está observando lo difícil que te resulta lidiar con “los giros inesperados” o con todo aquello que se sale de tus creencias o de “lo correcto”.

Así mismo tu hijo mayor, puede intuir que aunque le digas que “todo está bien para ti”, hay un cierto rechazo que no logras superar cuando lo ves.

Y más allá de que aceptes o no su Orientación, le preocupa más no tener tu aprobación y tu aceptación en toda la extensión de la palabra.

Así que mi Querida M, es momento de hacer ajustes, siempre se está a tiempo. Yo no veo nada de reprochable en la forma en que han reaccionado todos.

Están viviendo cambios y todos los cambios se viven en procesos y todos los procesos, siempre-siempre son susceptibles a ser mejorados.

Y para que vayan mejor aún, me gustaría dejarte algunas ideas.

Cosas que siempre es bueno implementar

SI DECIRLES

– Que lo más importante es que en todo momento se sientan cómodos para expresarte como se sienten, tú eres su sitio seguro.

– Preguntarles como quieren que les apoyes en ese momento de su vida.

– Interesarte por conocer si están sufriendo algún tipo de agresión.

NO DECIRLES

– Que te de detalles puntuales de su vida íntima.

– Que es una etapa (sobre todo la de la Orientación) y que se le va a pasar

RECUERDA:

El amor de una madre mueve montañas.

Pero el amor de una madre sana, que se perdona y que es capaz de desechar creencias inservibles para adoptar nuevas, hace maravillas.

Deseo con toda mi alma que el corazón de tu hijo le permita ver que su madre andará dando tumbos, pero sigue buscando la manera de aprender a quererlo tan bonito como él necesita y eso es todo lo que cuenta.

En un mundo donde tantos padres y tantas madres se han rendido a ser las guías de sus hijos, se celebra que existan los que no renuncien a seguir siendo adultos al mando.

Y que me hayas escrito pidiendo ayuda, es la muestra de que sigues buscando soluciones, así que estoy segura de que todo irá a mejor.

Con amor,

Cyn

Si también quieres enviarme tu historia, puedes hacerlo al correo queridacyn@gmail.com

Disclaimer: Esta carta no sustituye atención médica, ni terapéutica. Aún cuando Cynthia García-Galindo cuenta con la formación profesional en diversas ramas de la salud emocional, las respuestas que ofrece a sus lectores bajo este formato, son misivas literarias con fundamentos teóricos mezclados con experiencias profesionales y vivencias personales, donde lo que pretende, es guiar y estrechar lazos más íntimos con su audiencia y no necesariamente, ofrecer soluciones que deban seguirse como una receta, ya que cada caso es único.